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La palabra eutrofización deriva del griego, y significa "bien nutrido", es decir, rico en nutrientes, aunque contradictoriamente esta riqueza en nutrientes produzca la contaminación del ecosistema.
El fósforo, el nitrógeno y otros productos orgánicos, son los principales causantes de la eutrofización.
Pero, ¿Cómo sucede esta eutrofización?
Imaginemos un lago en el que el agua tiene una transparencia considerable y existen diversidad de seres vivos, plantas, peces, moluscos, artrópodos en un equilibrio dinámico.
Si este lago se ve afectado por un aporte continuo de nutrientes, por ejemplo nitratos y fosfatos procedentes de fertilizantes químicos de la agricultura o vertidos industriales, se producirá un aumento explosivo de plantas y algas en la superficie del lago que impide que la luz incida en las capas más profundas, esto es debido a que estos nitrato y fosfatos son absorbidos por las plantas para su crecimiento.
La vegetación situada por debajo del nuevo umbral al que llega la luz muere, ya que las plantas no pueden realizar la fotosíntesis. También mueren y se hunden hasta el fondo, muchas de las algas flotantes, debido al agotamiento de los nutrientes causado por el crecimiento exponencial.
La materia orgánica depositada en el fondo del lago es descompuesta por bacterias, que van a consumir el oxígeno de las capas más profundas, ya que no entra más oxígeno debido a las plantas que han crecido en la superficie.
La ausencia de oxígeno hace que moluscos, peces y crustáceos del fondo desaparezcan, además no existir plantas para su alimentación.
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Estas capas más profundas del lago, constituyen una zona oscura y de agua más densa en la que no pueden crecer plantas ni animales.
Y finalmente podemos de decir que este lago ha sufrido un proceso de eutrofización o se ha eutrofizado.
Pero, ¿Cuáles son las principales causas de esta eutrofización?
Existen varios causantes de la eutrofización derivados de la actividad humana.
Uno de los más importantes es el exceso de fertilizantes, como nitratos y fosfatos utilizados en la agricultura, que son arrastrados por las lluvias a los ríos y lagos, o bien se infiltran a los acuíferos subterráneos.
Otra de las causas humanas puede ser el vertido de aguas residuales, en los lugares dónde no se depura el agua, que también son ricos en materia orgánica y detergentes con fosfatos.
La actividad industrial también puede ser origen de vertidos tanto de productos nitrogenados como fosfatados entre otros muchos tóxicos, afectando, cuando se producen, a zonas concretas con mucha intensidad.
Así mismo los nitratos procedentes de la lluvia ácida, debida a la contaminación atmosférica, suman contaminantes a los ríos y lagos que pueden acelerar el proceso de eutrofización.
Por otro lado, el 30% del nitrógeno que llega a los mares lo hace por vía atmosférica.
Los efectos de la eutrofización se producen a nivel local y regional normalmente, alterándose drásticamente la composición, estructura y dinámica de los ecosistemas afectados.
La eutrofización afecta a los seres vivos que vivían en los ecosistemas acuáticos, pero también se ve alterada la calidad del agua y consecuentemente, se pueden producir graves problemas sanitarios y económicos.
La eutrofización es un grave problema ecológico que afecta tanto a ríos como a lagos y aguas costeras, disminuyendo su diversidad y alterando el ciclo general del agua del planeta y por tanto influyendo, de alguna forma, al cambio climático.
Es importante tomar medidas para controlar los vertidos de residuos urbanos e industriales a las aguas. En ese sentido se observa que hay ríos y lagos de países desarrollados que han recuperado parte de su antigua riqueza en especies gracias a una buena gestión ambiental.